El bo-bo de la semana: Horace Engdahl
Las recientes declaraciones del señor Engdahl según han sido recogidas esta semana en el diario de New York Times y en varios periódicos españoles en mi opinión dicen más sobre el pobre estado general de la literatura sueca y el pésimo criterio de los miembros de la Academia a la hora de conceder el Premio Nóbel de Literatura que sobre el supuesto mal estado que atribuye a la literatura estadounidense. ¡Este señor es el prototipo de la habitual soberbia y pedantería intelectual! ¡El colmo es que este indiscreto señor será una de las personas que debe participar en las deliberaciones para seleccionar al ganador del Premio Nóbel de Literatura de 2008 que se anunciara en los próximos días!
Leyendo sus declaraciones tan llenas de prejuicios hacia la literatura estadounidense, quién me resulta un insular y un ignorante es el señor Engdahl. Menos mal que por ser tan “mediocres” a los escritores estadounidenses tan solo le haya sido concedido dicho premio en once ocasiones si no sucedería lo mismo que ocurre todos los años con las otras disciplinas y es que entonces, ellos terminarían copando todos los premios como sucede habitualmente casi todos los años…
Semejantes opiniones me comprueban que el Nóbel de Literatura esta cada vez mas desprestigiado y el comité esta cada vez mas prejuiciado y politizado que nunca. La historia del premio esta repleta de tristes ejemplos de esta mojigatería y provincianismo sueco. ¡Ya en su día no se lo concedieron a Tolstoi, a Ibsen, a Pérez Galdós, ni a Joyce, a Borges, a Lezama Lima, o a Mishima! Conociendo la trayectoria de la Academia Sueca, ¡es mas probable que mas allá de sus méritos literarios primero se lo concedan a Rowling, la autora de Harry Potter (sobre todo por que es europea) que a Don DeLillo, Thomas Pynchon o a Philip Roth y en el caso de la Literatura Española a los escritores Carlos Fuentes, Ernesto Sabato, Mario Benedetti o Mario Vargas Llosa!
Yo no creo que a los verdaderos creadores y artistas se les deba medir por su nacionalidad, y menos creo que a los grandes escritores les importe mucho o poco lo que piensen sobre su obra “estos 4 o 5 provincianos y snobs” suecos que todos los años se reúnen a deliberar en su “pequeña habitación” de Estocolmo.
Me parecen tristes, desacertadas y ridículas, las declaraciones de Engdahl. Sobretodo cuando esta tan próximo el fallo del premio. ¿Qué buscaban publicidad? Pues me parece que han conseguido lo contrario. A la luz de sus comentarios (y a pesar de su extenso currículo académico y profesional) resultan muy cuestionables sus meritos personales para intervenir en dicha deliberación. Pues me parece que a pesar de su exquisita formación “francesa”, su ignorancia y prejuicios son de tal magnitud que parece que en su vida haya tenido tiempo de leer a Steinbeck, Sinclair Lewis, T.S. Elliot, Henry Miller, Capote, Norman Mailer, Scott Fitzgerald, A. Miller, Carson McCullers, T. Williams, O`Neil, Hemingway, Dos Passos, Faulkner, Pearl Buck, Roth, Austen, o a los miembros de la generacion “beat” y otros tantos nombres de escritores contemporáneos estadounidenses que hoy día son leídos y respetados por lectores de medio mundo como el recientemente fallecido David Foster Wallace.
Este desliz de Engdahl en el fondo, no es más que otro capitulo mas en la historia ligada a la concesión del Nóbel de Literatura que es en sí misma una novela surrealista. Es una pena que no pueda titularse “Hoguera de vanidades” pues refleja la mezquindad del alma humana (en este caso de algunos supuestos intelectuales y gente culta), sus prejuicios, sus egos desmedidos, su soberbia y pedantería intelectual todo ello combinado con cierto aire que oscila entre un “tufillo” conservador y el progre nórdico que hoy día mas bien a mas de uno, nos puede resultar hasta algo casposo.
El Nobel de Literatura es una historia de grandes injusticias, ignominiosas y deliberadas omisiones, cuotas lingüísticas, compadreos y trapicheos (no debemos olvidar las manipulaciones del Gobierno griego a principio de la década de 1950 para que no le concedieran el Nóbel al gran escritor Nikos Kazantzakis) o de “barrer para casa”. Quizá a más de un lector le choquen mis palabras, pero estoy convencido que en un claro ejercicio de honestidad intelectual me darán la razón, una vez hayan leído una lista que contenga los nombres y la obra de todos los premiados y que a mi humilde juicio, resume el “profundo criterio y cultura de la Academia sueca”.
Los ejemplos de estos dislates son abundantes pero solo me limitare a dar dos o tres ejemplos. En primer lugar, el caso del escritor sueco Erik A. Karfeldt ganador del Nobel en 1931 el cual es uno de los más llamativos. Este señor fue nominado en 1918 y a su vez, era secretario de la Academia Sueca. Rechazó la nominación, pero años mas tarde fue nominado y en 1931 ganó el premio. El segundo ejemplo y quizá una de los casos más patéticos fue la concesión del premio al ingeniero y político conservador español José de Echegaray en 1904. Hoy día, el principal valor de su obra reside en el hecho de que tuvo el honor de ser el primer Nobel concedido a un escritor en lengua española o castellana. El Nobel de 1904 se lo tenían que haber concedido a Tostoi el más importante y venerado autor del mundo en esos momentos. Con Tolstoi se cometió una gran injusticia irreparable pues durante más de cuatro décadas había sido un referente moral y posiblemente nadie mejor que él como escritor haya encarnado en el último siglo y medios los principios e ideales que según fijo en su testamento Alfred Nobel debía contar el premiado. El otro caso es el del escritor español Benito Pérez Galdós cuya colosal obra “Los Episodios Nacionales” constituye una de las más importantes aportaciones a la Literatura Española y a la historia de España. (1)
El próximo día 9 de octubre se cuando se anuncie el ganador del Nobel de Literatura de 2008, la Academia Sueca tendrá una nueva oportunidad para reivindicarse al premiar a un autor cuya obra mas allá de la lengua en que haya sido escrita represente los valores y aspiraciones de los lectores de medio mundo o por el contrario, opte por seguir siendo fiel a su larga trayectoria de gaffes y adoptar una decisión mas a tono con su pequeña habitación de Estocolmo desde donde creen que contemplan el mundo literario. ¡Quizá este año la Academia Sueca se supere a si misma y nos anuncie que el Nobel de Literatura es para el gran escritor sueco Horace Engdahl por el valor universal de su obra!
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(1) Los casos son innumerables por tal motivo les recomiendo a todos aquellos que les interese este tema que busquen información sobre los casos de los escritores Yukio Mishima, Jorge Luís Borges y Nikos Kazantzakis.
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