Phoenicians Left Deep Genetic Mark, Study Shows – NYTimes.com
Los fenicios desaparecieron hace casi 2.000 años pero dejaron una profunda huella genética en el Mediterráneo, es ese el mensaje que nos quiere trasmitir John Noble Wilford en su artículo del pasado 30 de octubre para el New York Times. Wilford basa su artículo en los interesantes hallazgos de un estudio sobre el desaparecido pueblo fenicio que han publicado un grupo de expertos en genética en el último número de la revista científica estadounidense American Journal of Genetics Studies. El estudio en cuestión fue dirigido por Genographic Proyect, un proyecto de colaboración conjunta entre la National Geographic y la corporación IBM, que también contó con el apoyo de Waitts Family Foundation. El grupo de expertos ha concluido que los fenicios no solo dejaron su huella histórica y cultural sobre los pueblos que hoy día viven en ambas márgenes de la cuenca del Mediterráneo, sino que también, a través del comercio y las migraciones dejaron su huella genética.
La estrategia del proyecto fue recoger muestras de material genético que fuera confiable y pudiese ser relacionado como pertenecientes al pueblo fenicio. Para ello, no solo se valieron de muestras provenientes de yacimientos arqueológicos de los diferentes periodos a lo largo de los mil años en que se desarrolló su civilización y hegemonía por el Mediterráneo. También los científicos aplicaron nuevos métodos de análisis para detectar influencias genéticas en las históricas migraciones de población que sirvieron para una mejor comprensión de la movilidad y las migraciones humanas a lo largo del tiempo.
Los científicos recogieron muestras del cromosoma masculino Y, entre 1330 varones adultos que actualmente viven en 6 lugares en donde en el pasado estuvieron establecidos asentamientos y colonias fenicias. Cada participante tenía que pertenecer a familias que llevaran como mínimo, 3 generaciones residiendo en el mismo sitio. Los 6 lugares seleccionados para el estudio están localizados en Chipre, Malta, Marruecos, la Margen Occidental (Palestina), Siria y Túnez.
Las muestras obtenidas de este grupo fueron añadidas y contrastadas con otras 6.000 muestras obtenidas en el Líbano y otros 56 lugares de todo el Mediterráneo que ya habían sido utilizada en otros estudios genéticos. Posteriormente, todos los datos fueron comparados con los de pueblos cercanos que han realizado estudios genéticos similares pero que no tenían relación o vínculo con asentamientos fenicios.
A raíz del estudio, los científicos descubrieron que había un patrón genético asociado al pueblo fenicio, cuyos trazos podían ser diferenciados de otras migraciones históricas en la región tales como: los agricultores de la Edad de Piedra, los colonos griegos, o la Diáspora judía. Las particularidades asociadas a los asentamientos y colonias fenicias permitió que se pudiese identificar un patrón genético asociado al pueblo fenicio, el cual se caracteriza por la trasmisión por línea paterna de una variación del cromosoma Y entre todos sus descendientes. Por tal motivo, este hallazgo genético ha permitido llegar a la conclusión de que en cada aula o salón escolar entre Chipre y Túnez hay al menos un niño en edad escolar que puede ser descendiente directo de los fenicios. También han encontrado de que, 1 entre cada 17 varones adultos en los actuales países del norte de África o del sur de Europa son descendientes directos de algún fenicio gracias a esta exclusiva característica genética.
El Dr. Wells, un experto en aplicar la genética al estudio de la migraciones y participante del estudio se muestra entusiasmado y señala que, “en el futuro se podrán realizar investigaciones similares para estudiar el influjo de las migraciones celtas por todo el continente europeo, las migraciones incas por toda la región andina de la América del Sur, la marcha de Alejandro Magno por todo Oriente Medio, Persia y la India; o el impacto multicultural de las migraciones a lo largo de la ruta de la Seda por Asia Central”.
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